Controla tu entorno

Cuando tratamos de ser efectivos en aquello que tenemos que hacer, cuando tratamos de ser productivos o—desde una perspectiva más amplia—tratamos de ser felices, solemos actuar sobre los factores que podemos controlar y cruzamos los dedos para que otros factores del entorno que no podemos controlar se porten bien con nosotros o, al menos, no resulten demasiado hostiles.

Sin embargo, parece que podemos hacer más. Resulta que muchas de las cosas que nos ocurren, cosas de las que simplemente nos quejamos porque creemos que no podemos hacer nada para evitarlas, se pueden controlar de manera indirecta. Resulta que tu eficacia en la vida se basa en gran medida en el nivel de control que eres capaz de ejercer sobre su entorno.

Evidentemente, hay cosas que se escapan totalmente de nuestro control. Sin embargo, las personas que pasan por una situación negativa tras otra suelen ser personas incapaces de controlar su entorno. Del mismo modo, las personas que son altamente competentes en cualquier aspecto de la vida suelen tener una gran capacidad para evitar o minimizar factores externos negativos, y provocar y maximizar factores externos positivos.

Es increíble cómo unos pequeños cambios en el entorno pueden afectar a tu percepción de las cosas y a tus hábitos. Por ejemplo, en Mindless Eating señalan muchos de estos factores externos, relacionados con la comida. “Si utilizas una cuchara grande, comerás más. Si te sirves un plato grande, comerás más. Si comes alitas de pollo y retiras los huesos de la mesa, olvidarás cuánto has comido y comerás más.”

Para cambiar tu entorno solo tienes que añadir algo (una nueva persona, una nueva herramienta, un nuevo conocimiento), quitar algo (una persona negativa, una antigua creencia, la televisión de tu dormitorio) o cambiar algo (establecer límites en una relación personal, comer en otro lugar, trasladarte a otra ciudad).

Si hay algo que te cuesta trabajo hacer, busca la forma de modificar tu entorno para que te facilite ese comportamiento. Tener la bolsa del gimnasio preparada en la puerta de tu casa desde la noche anterior, elimina fricción a la hora de ir al gimnasio. Igualmente, si quieres evitar hacer algo que te perjudica, ajusta tu entorno para que dificulte ese otro comportamiento. Si no compras snacks que no deberías comer, añades fricción a este hábito.

¿Quieres ser más productivo? Elimina tentaciones, elimina distracciones, diseña un espacio de trabajo confortable, evita los lugares donde pierdes el tiempo… La fuerza de voluntad puede ser un tanto frágil, pero puedes hacer que tus malos hábitos sean más difíciles de llevarse a cabo.

Si bien es cierto que nuestro entorno ejerce mucho control sobre nuestros sentimientos y comportamiento, también lo es que podemos crear entornos que tengan un impacto más positivo en nuestra vida.