¿Por qué debes dejar de prestar atención a las noticias?

El “Chapo” Guzmán es detenido en México. Decenas de mujeres son agredidas sexualmente en varias ciudades alemanas durante la Nochevieja. Kim Jong-Un, líder norcoreano, se dedica a hacer pruebas nucleares con fines no muy claros. China está inyectando dinero a su economía para que no se derrumben las bolsas. ¿De qué te sirve saber todo esto? ¿Mejora tus conocimientos? ¿Te proporciona una mayor conciencia? ¿Te ayuda a pensar mejor? ¿Te hace más productivo? ¿Mejora tu existencia? La respuesta corta es no. Una respuesta más larga y razonada viene a continuación.

La sobrecarga de información puede resultar un freno importante para tu productividad personal pero, en realidad, no es el exceso de información lo que te hace procrastinar tareas sino el consumo excesivo de información. La información está en todas partes, pero nadie te obliga a tragártelo todo. Es esa sensación de que “te estás perdiendo algo” la que te empuja a querer estar en todas partes.

Una buena parte de esa información con la que nos bombardean son lo que comúnmente llamamos noticias. Según Rolf Dobelli, autor de El Arte de Pensar, las noticias son para el cerebro lo que el azúcar es para el cuerpo: “algo apetecible, fácil de digerir, y muy destructivo a largo plazo”.

Argumenta que hay al menos tres razones importantes por las que deberíamos dejar de leer, escuchar y ver las noticias.

En primer lugar, nuestro cerebro no reacciona de forma coherente a las noticias, sino de forma muy desproporcionada. Nos estimulan las noticias llamativas y escandalosas relacionadas con personas, mientras que las noticias que contienen información compleja o un tanto abstracta nos aburren. Por supuesto, los medios saben esto, así que nos proporcionan sobre todo noticias llamativas, y si puede ser de manera exagerada y sensacionalista, mejor. Al fin y al cabo necesitan audiencia para que las empresas paguen por los espacios de publicidad que se insertan entre las noticias. Como resultado de esto, cualquier cosa ligeramente compleja y profunda queda descartada, por mucho que pueda ayudarnos a comprender mejor el mundo en que vivimos.

En segundo lugar, la inmensa mayoría de las noticias son irrelevantes y, como consecuencia, una pérdida de tiempo. ¿Cuántas noticias de las que has consumido en el último año (unas 10.000 de media) puedes decir que han contribuido a mejorar tu vida, tu carrera o tu negocio? Alguna habrá, sin duda, pero la cantidad suele ser ridícula en comparación con el tiempo invertido. Esto hace que el consumo de todas esas noticias no valga la pena en absoluto.

Por último, las noticias suponen una pérdida enorme de tu productividad. Se estima que de media pasamos medio día a la semana consumiendo noticias de una manera u otra. Imagina cuántas cosas interesantes podrías hacer si te regalan medio día más cada semana.

Yo añadiría alguna que otra razón adicional, como el hecho de que las noticias suelen venir envueltas, de manera muy subjetiva, en un paquete del color y forma que le interesa a los medios que las proporcionan. No están precisamente exentas de prejuicios y parcialidad.

En un mundo con tantísimas posibles distracciones debemos seleccionar bien dónde ponemos nuestra atención. ¿Qué piensas? ¿Serías capaz de vivir sin estar pegado a las noticias?