Productividad Personal
La relación entre bienestar personal y productividad en el trabajo
AUTOR: Maliha SafiullahLos zombies, esos no-muertos ficticios que deambulan en busca de alimento y propósito, puede que no estén tan lejos de la realidad como creemos y que se parezcan mucho a una especie que conocemos de cerca. Si miras a tu alrededor y observas las acciones de un hombre común durante su rutina laboral te sorprenderás al reconocer en él rasgos de zombi. La falta de sueño, el exceso de cafeína, el estrés y la intranquilidad ir pasando todo el día de una tarea a otra sin un sentimiento de propósito o bienestar es la descripción del hombre moderno en su mayoría. El tiempo para reflexionar o incluso simplemente para pensar en las emociones parece ser un lujo, ya que la presión de la rutina diaria parece valer más que todas las nociones de autoanálisis o autoevaluación. La falta de cualquier sentimiento genuino y una lucha desafortunada por adquirir metas inalcanzables que sustenten la idea de logro y satisfacción hace que la vida sea más bien hueca y conduce a la ausencia de bienestar.
¿Qué es el bienestar?
En resumen, el bienestar es una mentalidad. No hay que confundirla con la salud, que se mide y cuantifica; el bienestar es la posibilidad de adquirir una verdadera conciencia personal respecto a las elecciones que garantizan una vida sana y la voluntad de llevar un estilo de vida centrado en el cuidado de uno mismo.
Una definición bastante elaborada del concepto de bienestar abarcaría multitud de aspectos físicos, emocionales, espirituales, lógicos, sociales y financieros que tienen una conexión directa con tu estado de ánimo. En este sentido, adquirir bienestar sería un patrón que uno desarrolla para reconocer el impacto que estos aspectos tienen y explorar vías que ayuden a crear un equilibrio para cada uno de ellos.
Sin embargo, para la mayoría, la búsqueda del bienestar funciona de manera individual y lo que puede funcionar para uno puede no resultar del todo cierto para otro. Es una metodología que cada individuo tiene que descubrir por sí mismo. Meditar, escribir en un diario, desahogarse con un amigo… pueden ser cosas que te ayuden a establecer tu sentido del bienestar mientras que salir a correr o cocinar puede ser terapéutico para otra persona.
Dicho esto, el bienestar no puede ser reducido ni definido como una experiencia interna, ya que nuestras vidas y decisiones se ven radicalmente afectadas por el mundo que nos rodea y, en ese sentido, el bienestar no puede ser una experiencia individual. Una estructura social de apoyo, centrada en el bienestar puede aumentar la fuerza de voluntad para hacer elecciones más saludables. Contribuirá a la consolidación de las personas en lugar de a su deterioro.
El efecto del bienestar personal en la productividad
Para la mayoría de la gente, la trayectoria profesional es la parte más importante de su vida, y las decisiones relacionadas con cualquier aspecto de su vida giran en torno a esta. Desde el momento en el que te despiertas hasta el tipo de desayuno que tomas; cuánto tiempo le dedicas a hacer ejercicio, qué fin de semana vas a escaparte con tu familia o cuándo vas a irte de vacaciones, son decisiones que están condicionadas por tu trabajo.
Sin ser conscientes de ello, la mayoría de nosotros nos hemos acostumbrado a que el trabajo que hacemos nos gobierne y se erija como nuestra mayor motivación para salir de la cama. Además, alcanzar las metas profesionales nos aporta una sensación de realización y satisfacción que posiblemente otros aspectos de la vida no nos den. El foco en este aspecto particular de nuestra vida nos permite controlar todos los demás aspectos y, la mayoría de las veces, supera nuestro propio sentido del bienestar y rige todas las decisiones importantes. Cuando el bienestar personal queda fuera de escena y el trabajo es todo lo que queda, ¿acabamos siendo mejores trabajadores o no?
Healthways y Gallup realizaron una amplia encuesta en todo el territorio de Estados Unidos de América para comprender y controlar el bienestar de las diversas regiones y así descubrir la respuesta a esta pregunta. El objetivo de la encuesta era no sólo comprender el bienestar a nivel individual, sino también evaluar el vínculo y el impacto entre el bienestar y la productividad de un individuo en su lugar de trabajo.
Se emplearon varias medidas y se descubrieron patrones hasta llegar a una conclusión que permitiera comprobar si existía algún vínculo entre el bienestar y la productividad. Los resultados mostraron finalmente que un individuo con un estilo de vida poco saludable era responsable de mayores niveles de incompetencia y pérdida de tiempo en comparación con alguien que tomaba mejores decisiones para sí mismo. Parece un hecho obvio, a simple vista, que cuanto mejor se está mental, física y espiritualmente, mejor se está en cualquier situación en la que se esté. Una mente contenta y un cuerpo físicamente ágil serán el candidato ideal en una organización produciendo contenidos sustanciales y resultados beneficiosos para la empresa.
Sin embargo, contrariamente a lo anterior, otro estudio práctico que duró 30 meses y fue realizado por el programa de bienestar de iThrive amplificó el número de variables de salud que se estudiaban y demostró que el bienestar no tenía efectos positivos ni en la salud ni en la productividad del empleado. Además, demostró que los programas de bienestar en el lugar de trabajo tenían efectos nulos en los objetivos de interés, independientemente de que se utilizaran programas diversos, diseños no sistemáticos e incluso se observaran varias poblaciones diferentes. La conclusión de este estudio demostró que el bienestar es una filosofía que uno puede adoptar para su propio bienestar personal y que puede hacer que un individuo se contente en su propia piel, pero que no justifica de ninguna manera la repentina capacidad del individuo para ser más productivo. También concluyó que otros factores, en vez del bienestar, pueden desempeñar un papel más importante cuando se determina la productividad.
Incluso teniendo esto en cuenta, múltiples organizaciones de todo el mundo consideran ahora la posibilidad de incorporar programas de bienestar social para sus empleados, en un intento de crear una estructura organizativa más saludable basada en la noción de que las interacciones con los compañeros inculcarán la idea de espíritu de equipo y que los empleados tendrán menos probabilidades de abandonar una empresa que les ofrece un sentido de pertenencia. Los retiros, las celebraciones de cumpleaños, las caminatas en equipo o incluso una pausa para el café en el departamento a mitad del día dan a los empleados la oportunidad de interactuar y los unen. Estas prácticas han llevado a muchas organizaciones a beneficiarse de empleados menos aislados socialmente que no estuvieran contentos con su trabajo y que, antes del proceso, lo más probable es que se marcharan o permanecieran improductivos en su puesto.
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