La elección entre uno u otro parece algo falaz, cada uno tiene su momento y su utilidad. Pero la verdad es que cuando te dispones a realizar una planificación natural, se presenta la ocasión de dar rienda suelta a tu creatividad y dejar que las ideas surjan sin el menor atisbo de sentido crítico.
Personalmente, el hecho de tener un soporte gráfico y unas pautas con las que estructurar todo el contenido me permite focalizar y encauzar el tema tratado. En una lluvia de ideas he desarrollado la costumbre de dar rienda suelta a mi pensamiento lateral, lo que empieza hablando sobre magnesia puede convertirse en gimnasia. Cuestión de mi cavernosa y caótica mente. Ideal para pensar temas para mis post en los blogs en los que colaboro, nuevas formas de estructurar mi actividad, u otros temas con una amplia gama de matices y unos límites no muy bien definidos.
Los mapas mentales por su parte me ayudan a plasmar sobre papel—también en formato digital—la actividad relativa a un proyecto en concreto. Me resulta mucho más fácil enumerar e ir desmenuzando cada uno de los temas primarios y qué implica por separado. Puedo centrar mi atención a cada una de las ramas, enumero temas a un nivel y los voy descomponiendo, atomizando a medida que avanzo por cada una de las ramas. Me parece mucho más ordenado y simplifica la recolección de ideas, identificar componentes o áreas del proyecto, y definir sus siguientes acciones.
En un primer momento creí encontrarle el fallo de no disponer de espacio para recopilar aquello que no debe formar parte del proyecto, ideas que surgen sin estar dentro de su zona de influencia. Se trata de algo primordial para saber dónde hay que llegar, y lo que convierte a la planificación natural en una forma para pensar en nuestros proyectos en 3 dimensiones, no solo en las dos (tareas y tiempo) de la planificación reactiva o formal. Solucioné el tema sin pensar en él, incorporando todo lo que surgía sin espíritu crítico al mapa—tal y como debe ser—dejando de lado prejuicios. Sin limitaciones, creaba un mosaico completo del asunto y posteriormente marcaba lo que quedaba fuera.
Habitualmente creo mis mapas a través de software, freemind o xmind (sugerencia de Dani Aguayo) para dinamizar el proceso de creación y posterior tratamiento de la información, clasificándola a través de iconos o coloreándola. Pero siempre me queda el papel, aunque admito que solo recurro a este recurso cuando saco mi vena nostálgica, o quiero entretenerme. Si estás en fase de aprendizaje, siempre papel, por lo menos las primeras veces, para aprender los conceptos, después ya automatizarás. No sé si alguno de vosotros conoce algún software que quiera compartir para gestionar lluvias de ideas. Si es así, la zona de comentarios está a vuestra disposición.
Introducir una forma para generar mapas mentales o lluvias de ideas dentro de FacileThings el día que se cree un asistente para la planificación natural; esta es mi propuesta para Francisco Sáez y su equipo de desarrollo.
4 comentarios
Para mi, la lluvia de ideas y el mapa mental son herramientas complementarias; dos fases dentro de mi proceso creativo.
Si aún no tengo ni idea de qué hacer, empiezo con una lluvia de ideas, habitualmente en papel. Habitualmente no puedo evitar conectar algunos conceptos con una linea, creando así una 'red' de ideas, o el principio de un mapa mental.
Para mi, la lluvia de ideas y el mapa mental son herramientas complementarias; dos fases dentro de mi proceso creativo.
Si aún no tengo ni idea de qué hacer, empiezo con una lluvia de ideas, habitualmente en papel. Habitualmente no puedo evitar conectar algunos conceptos con una linea, creando así una 'red' de ideas, o el principio de un mapa mental.
Cuando creo un mapa mental, a veces me surgen ideas que –todavía– no están relacionadas con ningún otro nodo. Estas aparco por separado al borde del mapa.
Desde el mapa mental, habitualmente paso un tercer formato: es esquema u outline. Si he creado el mapa mental en formato digital, lo exporto en formato OPML.
Cuando creo un mapa mental, a veces me surgen ideas que –todavía– no están relacionadas con ningún otro nodo. Estas aparco por separado al borde del mapa.
Desde el mapa mental, habitualmente paso un tercer formato: es esquema u outline. Si he creado el mapa mental en formato digital, lo exporto en formato OPML.
La idea de permitir planificar los proyectos mediante mapas mentales es algo que en FacileThings tenemos en mente desde siempre. ¡Todo llegará!
La idea de permitir planificar los proyectos mediante mapas mentales es algo que en FacileThings tenemos en mente desde siempre. ¡Todo llegará!
Buen artículo, David. Muy bien explicado la diferencia y la sinergia entre brainstorming y mapa mental.
Coincido con Jeroen: ambas herramientas son complementarias.
Hace tiempo utilizo una herramienta creativa que sirve para el brainstorming, pudiéndose realizar online y en equipo, llamada Mural.ly
En cuanto a herramientas de mapas mentales, utilizo la de Toni Buzan: iMindMap. También utilizo Mindomo, que tiene una versión Web muy funcional.
Buen artículo, David. Muy bien explicado la diferencia y la sinergia entre brainstorming y mapa mental.
Coincido con Jeroen: ambas herramientas son complementarias.
Hace tiempo utilizo una herramienta creativa que sirve para el brainstorming, pudiéndose realizar online y en equipo, llamada Mural.ly
En cuanto a herramientas de mapas mentales, utilizo la de Toni Buzan: iMindMap. También utilizo Mindomo, que tiene una versión Web muy funcional.