Productividad Personal
¿Cómo afecta la temperatura a la productividad en el trabajo?
AUTOR: Kayla Matthews¿Alguna vez has intentado cambiar la temperatura sin que nadie lo note? Si trabajas en una oficina, o en cualquier lugar en el interior, puede que estés familiarizado con los debates sobre la temperatura. A veces hace demasiado calor y otras demasiado frío, pero nunca parece que haya un equilibrio.
Investigaciones recientes muestran que la temperatura pueden afectar a la productividad así como al nivel de confort. Por lo tanto, el termostato puede ser algo sagrado. Esta nueva investigación muestra que también es una cuestión de género.
La división del género en cuanto a la temperatura
Investigadores de la Universidad del Sur de California realizaron un estudio en 2019 que buscaba probar las temperaturas ideales para la productividad en el lugar de trabajo.
El estudio midió el rendimiento en exámenes verbales, escritos y matemáticos, y se hicieron pruebas separadas según el género. Luego, los investigadores añadieron el elemento de las diferentes temperaturas. En general, esto llevó a una correlación en cuanto a la temperatura, el género y la productividad.
Encontraron que el género juega un papel central en las preferencias de temperatura. Las mujeres tendían a rendir más cuando la temperatura estaba entre 21 y los 26,6 grados. Los hombres, por otro lado, tuvieron un mejor desempeño cuando las temperaturas estaban por debajo de los 21 grados.
Los investigadores declararon en el estudio que a medida que las temperaturas aumentaban, las mujeres tenían un mejor rendimiento en las pruebas verbales y matemáticas y los hombres tenían un peor rendimiento. De manera notable, las temperaturas más frías afectaron negativamente a las mujeres, más incluso que las más cálidas a los hombres. En otras palabras, las mujeres se vieron más beneficiadas en temperaturas más cálidas que los hombres en las más frías, en lo que concierne a la productividad.
¿Por qué pasa esto?
Podría haber muchas razones para los diferentes niveles de rendimiento en relación con la temperatura. Pero en el lado más biológico, las mujeres tienden a tener tasas metabólicas más lentas que los hombres. Esto significa que sus cuerpos generan menos calor, requiriendo temperaturas más altas.
Por supuesto, siempre existirán anomalías que se desvíen de los datos generales. Sin embargo, en general, las mujeres parecen beneficiarse más de un cambio de temperatura a su favor.
Otros factores a tener en cuenta
La USC no es la única fuente de estadísticas sobre la temperatura. La Administración de Seguridad y Salud Ocupacional recomienda que la temperatura en la oficina se mantenga entre los 20 y los 24 grados, lo que parece respaldar un término medio de los hallazgos de la USC. La administración también recomienda un nivel de humedad entre el 20% y el 60%.
Para mantener las cosas en orden, puedes buscar apps para monitorizar la temperatura y así poder seguir los diferentes niveles y fluctuaciones dentro de la oficina. También puedes usarlas para cambiar las temperaturas según el trabajo.
Por ejemplo, algunas regulaciones sugieren una temperatura de 13 a 15 grados para el trabajo físico. Así que, dependiendo de tu entorno, la temperatura ideal podría cambiar.
Por lo tanto, en base a todos los datos y recomendaciones, probablemente se pueden descartar las temperaturas por encima de los 26 o por debajo de los 15 grados.
La clave está en el término medio
Todas las personas son diferentes. La temperatura dependerá de las preferencias personales de cada uno y del clima en el que trabajen mejor. Y siempre habrá alguien que se opondrá al consenso estándar en la oficina.
Con eso en mente, es importante tener en cuenta las preferencias de todos. Incluir a todos ayudará a tener una mejor idea de la dirección en la que debe ir el termostato.
Si tu lugar de trabajo está formado principalmente por mujeres, puede que veas que las cifras se aproximan a los 23 grados o más. Si trabajas principalmente con hombres, podrías estar de acuerdo con una temperatura más baja. Si hay una dinámica equilibrada de género mixto, el término medio es clave.
Así la gente no tendrá ni mucho calor ni mucho frío, y podrá vestirse como corresponde. Y a partir de ahí, todo el mundo puede centrarse en ser su yo más productivo.
En definitiva, se trata de comodidad. Cuando se está cómodo en el lugar de trabajo, no hay que centrarse en la incomodidad y es fácil centrarse en las tareas. Es un pequeño factor que va mucho más allá y es crucial para la eficiencia.
Ajustar el termostato a un nivel más alto puede ayudar a la productividad, especialmente en lugares donde se trabaja con ambos sexos. Las mujeres son las que más se benefician de una temperatura más cálida. Esto significa empleados más felices y más productividad para todos.
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