Perseverancia

Hace unos quince años asistí a un curso de creación y gestión de empresas en la Universidad de Alicante. El curso duraba diez semanas y las clases eran impartidas por diferentes profesores, casi todos consejeros o ejecutivos en grandes y medianas empresas.

Lo que más me llamó la atención de ese curso es que todos y cada uno de los profesores, en algún momento de sus clases (ya fueran de finanzas, estrategia o marketing), hablaban apasionadamente de lo importante que es la perseverancia para tener éxito en tu empresa, más allá incluso de la calidad de tu idea y de la eficacia con que la ejecutes.

Así, la idea más importante que me llevé de ese curso es que la perseverancia es una condición necesaria, aunque no suficiente, para tener éxito en cualquier proyecto que emprendas.

Según la RAE, la perseverancia es la acción y efecto de mantenerse constante en la prosecución de lo comenzado, en una actitud o en una opinión. El diccionario Oxford añade un matiz interesante a la versión inglesa: Persistencia en hacer algo a pesar de la dificultad o de la demora en alcanzar éxito.

La persistencia no es algo muy glamuroso, y por lo tanto, nuestra sociedad no habla mucho de ella ni la valora en su justa medida, pero lo cierto es que ninguna historia de éxito ha sido un camino de rosas. Cualquier persona de éxito que te cuente cómo llegó a donde está, te hablará de cómo fue sorteando obstáculos y enfrentándose a un revés tras otro durante el camino.

Se han realizado estudios que sugieren que, más que el talento, la cualidad que distingue a la gente de éxito es su excepcional compromiso con sus objetivos. Si no eres del todo perseverante, estas son algunas ideas que te ayudarán:

• Desglosa tu objetivo en hitos lo suficientemente pequeños y alcanzables. Una vez que te pones en camino y avanzas, lo importante es hacer visibles los avances. Alcanzar éxitos te ayuda a generar confianza y esperanza. Las pequeñas victorias suelen desencadenar una espiral de comportamientos positivos.
• Las tareas complicadas provocan resistencia. Cuando sientas esa resistencia, oblígate a trabajar tan solo cinco minutos. Cinco minutos serán suficientes para romper esa resistencia y allanar el camino para la siguiente sesión.
• Pero sobre todo, empieza con el final en la mente. Necesitas tener una visión clara de tu destino, porque en el medio, todo puede parecer un fracaso.

No importa si estás estudiando, construyendo una carrera, o entrenando para correr tu primera maratón. Tu éxito dependerá de tu capacidad para enfocarte una y otra vez en tu objetivo, a pesar de las dificultades. De seguir intentándolo, sin abandonar.