Los cuatro estilos productivos

Ya te habrás dado cuenta de que no todos funcionamos de la misma manera. Lo que a ti te funciona perfectamente no le va para nada a tu compañero de trabajo, y algunos métodos que otros utilizan satisfactoriamente, a ti te parecen irrelevantes. La forma en que cada uno piensa, aprende, se comunica, procesa la información, ejecuta acciones, o toma decisiones influye enormemente en su productividad personal.

Hace un par de años, Carson Tate publicó el libro Work Simply: Embracing the Power of Your Personal Productivity Style, en el que define cuatro estilos básicos de enfoques productivos, en función de la naturaleza cognitiva del individuo.

La autora defiende que si conoces cuál es tu estilo, serás capaz de gestionar tu trabajo y tu vida con mayor efectividad y alcanzarás tus metas de una manera más eficiente. De igual modo, si conoces el estilo productivo de tus compañeros de trabajo, sabrás qué puedes esperar de ellos y cómo encajar mejor en el equipo.

Aquí te muestro un breve resumen de los cuatro estilos productivos: el priorizador, el organizador, el comunicador y el visionario. Si quieres conocer cuál es el tuyo, aquí tienes un test que te permitirá averiguarlo (normalmente todos tenemos un poco de cada uno, aunque uno de ellos predomina).

El priorizador (the prioritizer)

El priorizador piensa de una manera analítica, realista, lógica y en función de los hechos. Siempre trata de establecer de antemano cuánto tiempo le llevará una tarea, para así poder planificar mejor sus jornadas de trabajo. Se concentra mucho en la ejecución de tareas de más alto valor para así poder los alcanzar sus objetivos.

En tu equipo de trabajo es ése tipo un tanto estricto y competitivo al que lo le gusta perder el tiempo con tonterías ni hablar de cosas que no tengan que ver con el trabajo. Puede ayudar al equipo analizando información, resolviendo problemas y empujando hacia la consecución de objetivos.

El organizador (the planner)

El organizador tiene facilidad para organizar, secuenciar y detallar acciones. Mientras que el priorizador solo se enfoca en los detalles que permiten finalizar un proyecto cuanto antes, al planificador le gusta detallar todos los aspectos del proyecto.

Es ese tipo que anda siempre con calendarios, lista de tareas y herramientas de planificación. No le gustan los cambios, ni hacer nada que no haya sido planificado antes. Ayuda al equipo orientando a la acción, anticipando posibles problemas en los planes, y manteniendo organizado el proyecto.

El conciliador (the arranger)

En el lado opuesto del priorizador, el conciliador actúa más basado en emociones y en la intuición (por eso, éstos dos no suelen llevarse bien). Es, por supuesto, un comunicador natural.

Es ese compañero que siempre te anima a terminar tus tareas y se preocupa por cómo estás. Su contribución está en facilitar la integración del equipo, entender las emociones que hay detrás de ciertos rendimientos, y comunicar con agentes externos.

El visionario (the visualizer)

El visionario es intuitivo y tiene gran capacidad para sintetizar e integrar diferentes elementos. Trabaja bien bajo presión y se aburre si no tiene varias cosas que solucionar. Mira los problemas desde una perspectiva más general, lo que le permite hacer conexiones aparentemente lejanas.

Es el tipo espontáneo e impulsivo que puede tener grandes ideas, y que también puede hundir un proyecto por valorar excesivamente posibilidades poco realistas. Puede ayudar a un equipo de trabajo con innovación, pensamiento estratégico, solucionando problemas de manera creativa, y reconociendo nuevas oportunidades.

¿Cuál es tu estilo productivo?