¿Trabajar en solitario para ser más productivo?

Muchas empresas organizan espacios de trabajo abiertos para que todos los empleados estén en constante comunicación, porque creen que una mayor colaboración les permitirá ser más productivos. Las dinámicas de brainstorming en grupo se utilizan una y otra vez como mecanismo para obtener más y mejores ideas acerca de cualquier asunto. En nuestra sociedad, y sobre todo en el mundo empresarial, se sobrevalora el trabajo en grupo y se infravalora el trabajo en solitario.

Sin embargo, hay estudios que indican que la mayoría de empleados trabajan mejor en un despacho individual, e incluso en un cubículo, que en un espacio abierto. También hay estudios que demuestran que el brainstorming en grupo no funciona.

Ya en 1963 un estudio llegó a la conclusión de que las ideas producidas individualmente por un grupo numeroso de científicos eran más y de igual o mayor calidad que las que producían esos mismos científicos sobre temas similares cuando se les juntaba en grupos de cuatro para hacer una lluvia de ideas. El mismo experimento con un grupo de publicistas, personas con un carácter mucho más extrovertido que los científicos, dio exactamente los mismos resultados. Otros estudios demostraron posteriormente que los resultados son incluso peores cuando el tamaño del grupo aumenta.

Los psicólogos argumentan que (1) en un grupo, siempre hay gente que deja que los demás hagan el trabajo, (2) mientras una persona genera una idea, los demás suelen escuchar con una actitud pasiva y (3) quién más quién menos, todos tenemos miedo a parecer estúpidos delante de los demás. A eso puedes añadir el efecto del groupthink, que tiene lugar cuando hay un fuerte deseo colectivo de trabajar en armonía con los demás, mayor que el deseo de obtener buenos resultados.

Curiosamente, solo el brainstorming online o electrónico ofrece mejores resultados que las ideas individuales. Las personas que trabajan juntas electrónicamente pero geográficamente distantes, producen los mejores resultados (Linux o Wikipedia son grandes ejemplos de este tipo de resultados).

Todo esto tiene mucho sentido si piensas que un buen número de personas (entre un 33% y un 50% de la población) somos más bien introvertidos. Las personas introvertidas pueden tener grandes habilidades sociales, pero disfrutan más de su soledad. Les gusta escuchar más que hablar y normalmente se expresan mejor por escrito que en una conversación. Generalmente, detestan las charlas triviales, pero disfrutan con conversaciones más profundas.

En definitiva, las personas introvertidas tienen una fuerte preferencia por entornos tranquilos, donde pueden explotar su creatividad con menos estrés. Si lo piensas bien, participar en un grupo de trabajo online no es más que otra forma de trabajo solitario.

Adrian Furnham, psicólogo especializado en organizaciones, concluye que los empleados deberían trabajar solos cuando la creatividad o la eficiencia es la máxima prioridad. En un mundo diseñado para premiar a los más audaces y atrevidos, muchas veces se desperdicia el talento de personas más creativas y tranquilas.