Productividad Personal
La justificación del esfuerzo, una forma habitual de autoengaño
AUTOR: Francisco Sáez“La calidad nunca es un accidente. Es siempre el resultado de un esfuerzo inteligente.” ~ John Ruskin
La justificación del esfuerzo es una disonancia cognitiva que nos hace valorar mucho más aquellas cosas a las que hemos dedicado un esfuerzo importante, independientemente de que el resultado en sí tenga más o menos valor.
Cuando hacemos sacrificios importantes para alcanzar un objetivo—puede ser un esfuerzo físico o mental, un coste económico, o incluso un sufrimiento provocado por la vergüenza—, entonces ese objetivo se hace mucho más atractivo, y el resultado obtenido mucho más valioso. Por ejemplo, tendemos a valorar más un mueble barato que hemos ensamblado nosotros mismos que un mueble de diseño caro (efecto IKEA).
Esta disonancia, muy común en diferentes aspectos de la vida diaria, nos puede llevar a cometer grandes equivocaciones. El director de una empresa puede continuar con una estrategia que está resultando desastrosa por el simple hecho de haber dedicado muchísimas horas a desarrollarla y ponerla en práctica. Incluso hay quien ha utilizado este fenómeno para explicar la duración de la guerra de Vietnam.
Los desarrolladores de productos somos especialmente susceptibles de caer bajo este tipo de engaño. Tendemos a valorar nuestras creaciones en función del esfuerzo empleado, en vez del valor o utilidad que producen a los usuarios.
Al cerebro humano no le gustan las disonancias, de modo que inconscientemente alteramos el valor del resultado obtenido para equipararlo con el esfuerzo realizado. De otra forma, tendríamos que pensar que hemos estado desperdiciando el tiempo y que somos un tanto estúpidos por haber trabajado tanto para conseguir tan poco.
Esta disonancia ha sido utilizada tradicionalmente por diferentes grupos para lograr la fidelidad de sus miembros. Las humillaciones y alto grado de esfuerzo que requieren los ritos de iniciación de las fraternidades universitarias y ciertas bandas callejeras tienen el objetivo de lograr que la persona que supera la prueba valore enormemente la pertenencia a ese grupo. También un coste económico muy elevado hará que te sientas orgulloso de pertenecer a un determinado club.
Desde el punto de vista de la productividad personal, puedes utilizar este sesgo cognitivo en tu favor para evitar procrastinar sobre proyectos que no te gustan demasiado. Si comienzas un proyecto e inviertes en él algo de tiempo, el proyecto se irá tornando más atractivo con el tiempo; aunque el esfuerzo no siempre convierte una tarea en algo apreciado. Para que la justificación del esfuerzo aparezca, la tarea a realizar debe ser percibida como algo elegido libremente.
En cualquier caso, debes tener cuidado y evitar engañarte a ti mismo. Trata de ver aquello en lo que has trabajado con cierta distancia y evalúa siempre el resultado con independencia del esfuerzo invertido. ¿Qué valor real tiene lo que has hecho?
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