Cómo tener grandes ideas

¿No te ha ocurrido alguna vez que estás concentrado durante horas intentando solucionar un problema sin conseguirlo y, un par de días después, cuando ya te habías olvidado, te despiertas de repente en medio de la noche con la solución en la cabeza? ¿O quizás la solución te ha llegado cuando estabas relajado tomando una ducha caliente?

Hay mucha gente que encuentra inspiración en presencia de agua y producen grandes ideas cuando están en la ducha, paseando por la playa o simplemente escuchando el sonido del mar. Es difícil establecer por qué tantas buenas ideas tienen lugar bajo la ducha o en condiciones similares, pero una de las explicaciones más extendidas es que cuando nos duchamos o tomamos un baño es uno de los pocos momentos en que estamos disfrutando del momento presente. Si lo piensas bien, te darás cuenta de que la mayoría de las veces estás o bien planificando tu futuro (aunque sea a muy corto plazo) o bien revisando acontecimientos de tu pasado.

También ocurre que cuando dejas de concentrarte en el problema, y cambias de actividad y de contexto, se activan otras áreas del cerebro… donde probablemente está la respuesta que buscas.

Al contrario de lo que creemos, el cerebro no está más activo cuando estás concentrado en una tarea sino cuando le das rienda suelta y lo dejas vagar. Es por ello que Shelley Carson, psicóloga e investigadora en Harvard, asegura que hay momentos en que distraerse es incluso algo bueno. Cuando estás preocupado por un problema, cualquier interrupción a la concentración te ofrece un descanso que puede ser útil para eliminar una fijación inefectiva hacia el problema e iniciar un periodo de incubación para que se materialice la solución o una idea más efectiva.

En la ducha se producen las condiciones idóneas para que se te ocurran cosas porque es un lugar pequeño, solitario, tranquilo y seguro, donde te sientes muy cómodo y relajado, pero hay otras actividades que puedes realizar para ayudar a que tengan lugar nuevas y buenas ideas; actividades rutinarias que te permiten estar en el presente a la vez que distraído, como correr, ir en bicicleta, pescar, cuidar el jardín, etc.

Ser productivo no significa estar siempre haciendo cosas, sobre todo cuando no te llevan a ninguna parte. Cuando te satures, descansa, relájate, deja tu mente vagar… y tu productividad te lo agradecerá.

Y, por supuesto, cuando tengas grandes ideas, ejecútalas, conviértelas en realidad.