Getting Things Done - GTD
Cómo convertir tus ideas en realidad, con la ayuda de GTD
AUTOR: Francisco Sáez"Las ideas no perduran. Hay que hacer algo con ellas." ~ Alfred North Whitehead
Aunque la buena ejecución de una idea es fundamental para que ésta se convierta en realidad, lo cierto es que el origen de toda innovación — y de cualquier trabajo creativo — está en una idea que alguien tuvo en un momento dado y no dejó escapar.
La mayoría de las ideas nunca llegan a realizarse. La semilla de cada idea es un pequeño pensamiento acerca de algo, brillante y efímero, que viene y se va en cuanto cualquier cosa de tu entorno — un email, una llamada, una tarea — te vuelve a distraer. Otras veces, la idea va seguida de un periodo de tiempo en estás realmente emocionado con ella pero, de nuevo, la vuelta a la rutina va haciendo decaer la excitación y, con el tiempo, la idea termina cayendo en el olvido.
Volverás a tener otra idea genial y, otra vez, quedará enterrada bajo tus tareas de cada día, los emails que debes responder y los proyectos que tienes que hacer avanzar. Lo triste es que nunca sabrás si alguna de esas ideas habría cambiado un poco el mundo en que vivimos o, al menos, tu propia vida.
Sin embargo, si practicas GTD y eres fiel a sus principios, tus ideas siempre irán a parar a un lugar de confianza en el que, tarde o temprano, tendrás la posibilidad de explorarlas. ¿Cómo puedes convertir una nueva idea en realidad?
- Captúrala. En el momento en que tengas la idea, escríbela en algún lugar en el que sepas, con toda certeza, que vas a volver a mirar periódicamente, y que vas a actuar sobre lo que ahí se encuentra (una app, un cuaderno de notas, etc.).
- Aclárala. Cuando revises la bandeja de entrada donde se encuentra esa idea, debes pensar en ella con algo más de profundidad y decidir qué vas a hacer. Básicamente, puedes hacer tres cosas: (1) guardar la idea en la lista Algún día/Tal vez, posponiendo cualquier decisión a otro momento más adecuado del futuro, (2) dar el primer paso para lograr su realización, definiendo la primera tarea en la lista de Acciones Siguientes y creando un proyecto que te recuerde que debes continuar trabajando en ello, o (3) desecharla, si una vez analizada decides que, por el motivo que sea, no vas a perder el tiempo con ella.
- Organízate. Saber organizarse es, hoy por hoy, una gran ventaja competitiva. Necesitas tener esas listas de las que hablaba antes, es decir, un sistema de organización personal. La gente que no organiza sus tareas, agenda, reuniones, etc. tiene una probabilidad mucho mayor de no llegar a ejecutar nunca sus ideas. Dedica el tiempo necesario para organizar de manera efectiva todo lo referente a esa idea (próximas acciones a realizar, diferentes vías a explorar, material de referencia, etc.).
- Compártela. Con tu equipo, con tus clientes o con gente de tu entorno. Para llevar a cabo una idea hace falta gente de diferente talante, gente que piense y gente que haga cosas. Toda ayuda y apoyo que puedas recibir es bienvenido. Además, al hacer pública tu idea crearás un fuerte compromiso interno para ejecutarla.
- Ejecútala. Ve ejecutado las acciones que ya has creado en tu sistema, y define nuevas acciones cuando el proyecto ya no contenga ninguna. Captura también cualquier otra idea que pueda surgir a partir de esta actividad. No dejes que la idea se desvanezca y revisa periódicamente cómo va progresando su ejecución.
Como ves, la creatividad no está reñida con la organización. Muy al contrario, es muy difícil que la creatividad dé sus frutos cuando no hay detrás una buena organización que permita convertir las ideas en algo real.
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