Productividad Personal
El Valor de la Mente a la Deriva
AUTOR: Francisco Sáez"Una mente a la deriva libera nuestros jugos creativos" ~ Daniel Goleman
He de decir que está resultando tremendamente interesante la lectura de Focus, de Daniel Goleman. En mi opinión, saber poner la atención donde la tenemos que poner en cada momento es, probablemente, una de las habilidades más importantes y a la vez más difíciles de conseguir en los tiempos que corren, y este libro trata el problema desde una perspectiva basada totalmente en la ciencia. Esto da una relevancia especial al material que se expone, que no tiene la mayoría de las consabidas publicaciones y gurú-consejos que encontrarás en la red.
Además, resulta que algunas de las investigaciones que se están llevando a cabo en los últimos años han llevado a unas conclusiones que van en contra de lo que hasta ahora parecía lógico y son, cuanto menos, bastante sorprendentes. En concreto, me llama la atención el hecho de que siempre se ha valorado mucho más la atención focalizada y dirigida hacia objetivos que la atención abierta y espontánea.
Según Goleman, hay diferentes formas de atención, y cada una tiene sus aplicaciones. Resulta que una mente errante puede, a su manera, acercarnos a nuestros objetivos. La mente errante es la modalidad por defecto del cerebro, es decir, su forma de actuar cuando no estamos realizando ninguna tarea mental. Y hasta ahora era una especie de enemigo a batir, ya que cuando la mente errante entra en juego, se apropia de nuestra atención en detrimento de la tarea que estamos ejecutando y, aparentemente, de nuestro rendimiento.
Sin embargo, cuando la mente errante toma el control, nuestros pensamientos se encaminan hacia preocupaciones y asuntos sin resolver. De alguna manera, este tipo de atención se encuentra también al servicio de solucionar problemas que afectan a nuestra vida.
Cuando la mente divaga, se producen una serie de fenómenos muy positivos. Nuestra creatividad se desata, lo que permite afrontar problemas que necesitan un enfoque más intuitivo. Los circuitos que utilizamos para una concentración más intensa se toman un merecido descanso. Y se facilita la reflexión sobre uno mismo.
No confundas esta mente a la deriva con cosas como navegar por internet o las redes sociales. Estas cosas no facilitarán en absoluto la conciencia abierta que necesitas para realizar hallazgos interesantes. Muy al contrario, este tipo de actividad bloquea tu capacidad de innovación. Un paseo por la naturaleza o unos días de vacaciones relajadas ayudan a entrar en ese estado en el que siempre encontramos pequeñas claves que nos acercan a objetivos mayores.
La dificultad radica en ser capaces de contemplar lo que nos muestra la mente a la deriva, y atraparlo para más tarde ser capaces de desarrollarlo y aplicarlo. De ahí la importancia de ser conscientes y recopilar las cosas que vienen a tu mente en esos momentos. La nuevas ideas no pueden aflorar si no tienen permiso para ello, pero si no las atrapas, caerán en el olvido.
4 comentarios
Me ha sorprendido bastante leer esta frase:
No conozco el libro Focus, pero sé que el libro más famoso de Daniel Goleman, Inteligencia Emocional, ha sido criticado desde la ciencia justo porque es una obra popular [...]
Me ha sorprendido bastante leer esta frase:
No conozco el libro Focus, pero sé que el libro más famoso de Daniel Goleman, Inteligencia Emocional, ha sido criticado desde la ciencia justo porque es una obra popular [...]
[...] lleno de gurú-consejos. No da atribución al trabajo anterior y extiendo el concepto en otras áreas dónde no son aplicables. Además, algunos temas del libro son científicamente incorrectos; por ejemplo, Goleman dice que puedes aprender a entrenar la inteligencia emocional, mientras se sabe que 80% de tus capacidades emocionales son genéticas.
Como he dicho anterior, no conozco este libro ni su contenido, pero yo no clasificaría los libros populares de Daniel Goleman como científicos.
[...] lleno de gurú-consejos. No da atribución al trabajo anterior y extiendo el concepto en otras áreas dónde no son aplicables. Además, algunos temas del libro son científicamente incorrectos; por ejemplo, Goleman dice que puedes aprender a entrenar la inteligencia emocional, mientras se sabe que 80% de tus capacidades emocionales son genéticas.
Como he dicho anterior, no conozco este libro ni su contenido, pero yo no clasificaría los libros populares de Daniel Goleman como científicos.
Jeroen,
Ambos libros me parecen muy rigurosos desde un punto de vista científico. Todas las conclusiones se basan en investigaciones realizadas sobre el cerebro y el comportamiento humano, no en opiniones personales.
Pero no olvidemos que la psicología y la neurociencia son ciencias relativamente jóvenes y muchas conclusiones pueden ser criticables por diferentes corrientes. [...]
Jeroen,
Ambos libros me parecen muy rigurosos desde un punto de vista científico. Todas las conclusiones se basan en investigaciones realizadas sobre el cerebro y el comportamiento humano, no en opiniones personales.
Pero no olvidemos que la psicología y la neurociencia son ciencias relativamente jóvenes y muchas conclusiones pueden ser criticables por diferentes corrientes. [...]
[...] No obstante, la palabra "popular" me parece totalmente desacertada. A mi personalmente, me costó mucho leer un tercio de Inteligencia Emocial, la parte que explica el funcionamiento del cerebro, el neurocórtex, la amígdala, etc. Eso no es precisamente literatura "popular". Ni siquiera es fácil de leer para alguien que no tenga algo de base en ciencias.
Gracias por animar el post con tus comentarios, Jeroen!
[...] No obstante, la palabra "popular" me parece totalmente desacertada. A mi personalmente, me costó mucho leer un tercio de Inteligencia Emocial, la parte que explica el funcionamiento del cerebro, el neurocórtex, la amígdala, etc. Eso no es precisamente literatura "popular". Ni siquiera es fácil de leer para alguien que no tenga algo de base en ciencias.
Gracias por animar el post con tus comentarios, Jeroen!