Productividad Personal
El miedo como motivación
AUTOR: Francisco Sáez"Haz siempre lo que tienes miedo de hacer." ~ Ralph Waldo Emerson
Hace un tiempo escribí sobre cómo afecta el miedo a tu productividad, concretamente el miedo al fracaso y el miedo al éxito. En un artículo anterior también hablé sobre cómo debes enfrentarte al miedo para que éste no bloquee tus acciones.
Yendo un paso más allá, el miedo puede ser una fuente de energía y motivación si consigues transformarlo en algo positivo. De hecho, si aprendes a reconocer tus miedos y a utilizarlos en tu favor, te pueden ayudar a lograr tus propósitos.
Miedo al cambio
Además de los mencionados miedos al éxito y al fracaso, el miedo al cambio es seguramente con el que nos enfrentamos más veces a lo largo de nuestra vida. Cuando tenemos que dar un gran salto y sabemos que probablemente nuestra vida será diferente después de eso, es cuando nuestras inseguridades salen a la superficie.
Normalmente nos resistimos a realizar el cambio hasta que consideramos que el sufrimiento de realizarlo es inferior al sufrimiento de continuar en la situación actual. Esta es la razón por la que mucha gente acepta toda clase de situaciones improductivas y relaciones disfuncionales que les agotan y extenúan sin producir nada a cambio.
Según Chris Guillebeau, autor del libro The Art of Non-Conformity, hay dos maneras de romper este ciclo:
- Aumentar el padecimiento de la situación actual. Muchas veces no tenemos opción y esto se produce de manera gradual y natural, sin necesidad de intervenir.
- Superar el miedo de ir hacia la situación deseada.
Superar el miedo
El primer paso para superar el miedo es reconocerlo. La mayoría de tus miedos e inseguridades carecen de lógica, así que hacer una lista escrita de los motivos por los que eres reticente a hacer un cambio puede ser de gran ayuda.
Una vez reconocido e identificado el miedo, viene la parte difícil. Tienes de prepararte mentalmente para hacer el cambio, sin remordimientos. Para ello, pensar en el peor escenario posible (si todo va mal) ayuda a poner las cosas en perspectiva (normalmente, te das cuenta de que el mundo no se va a acabar). También debes crear el compromiso necesario para ir a por ello; habla de tus intenciones, hazlo público, créetelo. Y piensa en una recompensa para cuando lo hayas hecho.
Ya estás preparado. Solo queda una cosa: forzar una decisión activa y actuar. La falta de acción alimenta y hace crecer el miedo; sin embargo, actuar aumenta tu confianza y hace que el miedo disminuya.
Cuando te enfrentas a un cambio en tu vida, sentir miedo es normal. No se trata de evitarlo sino de aceptarlo y continuar a pesar de él. No te preocupes si sientes algo en el estómago; es porque vas por el buen camino.
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