Getting Things Done - GTD
Gestiona tu energía, no tu tiempo
AUTOR: Francisco Sáez“La productividad es la inversión estratégica y deliberada de tu tiempo, talento, inteligencia, energía, recursos y oportunidades de una manera calculada para acercarte considerablemente a objetivos significativos.” ~ Dan S. Kennedy
La pandemia ha acelerado algunos cambios que ya se estaban produciendo en la sociedad, aunque de una manera mucho más pausada. Las empresas han tenido que digitalizarse a marchas forzadas para permitir a sus trabajadores trabajar desde casa, y los trabajadores han conocido otra forma de vivir que, con sus pros y sus contras, les permiten conciliar mejor el trabajo con su vida personal.
Como consecuencia, el porcentaje de ofertas de trabajo desde casa (o al menos híbridas, unos días en casa y otros en la oficina) está aumentando considerablemente. Pero, ¿estamos preparados para gestionar nuestro tiempo de una manera eficaz cuando nadie va a hacerlo por nosotros? ¿Somos capaces de organizarnos bien cuando las fronteras entre el ocio y el trabajo se difuminan?
Hoy, más que nunca, saber organizarse resulta ser una habilidad clave, no sólo para mejorar la productividad en el trabajo, sino para disfrutar al máximo en cualquier contexto de nuestra vida.
Cuando decides enfrentarte al reto de aprender a gestionar tu vida de la forma más eficaz posible, lo primero que debes hacer es desechar el manido y engañoso concepto de “gestión del tiempo”. El tiempo es el que es, y no se puede gestionar. Lo que sí puedes hacer es gestionar dónde pones tu atención durante ese tiempo para aumentar tu rendimiento en el trabajo y disfrutar más de todas las actividades y relaciones que te proporciona la vida.
Un factor muy importante a tener en cuenta a la hora de elegir a qué actividad vas a dedicar tu tiempo o dónde vas a concentrar tu atención es la energía que vas a consumir. Cuando incorporas a tu planificación la energía necesaria para llevar a cabo una tarea, eres más realista con el resultado esperado y eso te permite una mayor efectividad.
Hacer una llamada telefónica puede ser algo sencillo y banal, o puede ser algo muy complicado y agotador cuando necesitas explicar a un cliente por qué algo no ha salido como se esperaba. La conversación puede requerir una gran cantidad de energía emocional, así como la preparación previa de los datos y argumentos a señalar.
Hay que pensar en la energía como un recurso limitado, que se agota cuando se utiliza. Los hábitos y las tareas rutinarias consumen poca energía, pero las excepciones y determinadas acciones puntuales pueden consumir mucha. Si no eliges bien dónde utilizar tu energía, habrá cosas importantes que se queden sin hacer cada día, y eso suele generar frustración y estrés.
Debes tener en cuenta todo tipo de energías. Hay actividades que consumen energía física, relacionadas con la actividad corporal; actividades que consumen energía mental, relacionadas con tareas intelectuales; actividades que consumen energía emocional, relacionadas con tus relaciones con los demás; y actividades que consumen energía espiritual, relacionadas con tu propósito personal.
Si necesitas encontrar la forma de gestionarte de una manera más productiva, olvídate de la tradicional gestión del tiempo. Busca métodos que favorezcan la atención plena e incluyan la energía como factor organizativo.
En GTD (acrónimo de la metodología Getting Things Done), uno de los criterios que utilizas para decidir cuál va a ser tu siguiente acción a realizar es tu nivel de energía, en su sentido más amplio. A veces, tu estado de ánimo puede determinar tu nivel de energía. ¿No te encuentras al 100% para hacer una determinada tarea? No hay problema, seguro que hay otras cosas que puedes hacer estando al 50%.
En realidad, sólo necesitas que tu sistema de gestión personal te permita indicar cuándo una acción requiere poca energía, de modo que cuando no te encuentres en óptimas condiciones puedas encontrar rápidamente este tipo de acciones. Sino, tendrás que escanear toda tu lista de acciones siguientes para encontrar cuáles se adaptan a tus circunstancias, y eso, paradójicamente, puede requerir un esfuerzo cognitivo considerable.
Tu energía disponible es, por definición, tu capacidad de trabajar. Piensa en cómo se distribuyen tus niveles de energía a lo largo del día, y organiza tu jornada de manera que puedas realizar las tareas que más energía necesitan cuando más energía tienes. Si gestionas bien tu energía, mejorarás tu productividad personal.
2 comentarios
Me parecio genial el articulo, muy didactico sobre todo en la gestion de nuestro propio tiempo, que aplica en lo personal no en general.
Muchas Gracias
Me parecio genial el articulo, muy didactico sobre todo en la gestion de nuestro propio tiempo, que aplica en lo personal no en general.
Muchas Gracias
Hola Maria Julia,
Me alegra mucho que te haya gustado. Muchas gracias por tu comentario!
Hola Maria Julia,
Me alegra mucho que te haya gustado. Muchas gracias por tu comentario!