Getting Things Done - GTD
La clave para hacer el trabajo: actuar y reflexionar
AUTOR: Francisco Sáez"Averigua a dónde quieres ir; luego trabaja hacia atrás desde allí." ~ Steven Pressfield
Dice Steven Pressfield en su libro Do The Work que el proceso para realizar cualquier trabajo creativo, ya sea escribir un libro, componer una canción, preparar un viaje, desarrollar un producto o crear una empresa, consta básicamente de dos etapas: Actuar y reflexionar.
Son dos etapas que se repiten cíclicamente y que no se deben realizar al mismo tiempo. Actuar, reflexionar. Actuar, reflexionar. Actuar, reflexionar.
Actuar significa realizar el trabajo propiamente dicho: escribir, componer, programar, diseñar, etc. Reflexionar significa evaluar lo que has hecho hasta ahora y pensar cómo vas a enfrentarte a lo que te queda por hacer. Reflexionar es clave para ganar control y aprender, y no es algo que necesariamente tengas que hacer solo. Si estás realizando el trabajo en equipo o dispones de un mentor o coach, obtendrás un mayor beneficio si esa reflexión la haces en su compañía.
Dependiendo de la clase de proyecto que estés llevando a cabo y de la fase en que te encuentres, debes hacer un mayor o menor uso de cada una de esas etapas.
Cuando estás empezando un proyecto creativo, debes actuar mucho y reflexionar poco. Se trata de evitar esa resistencia que, sin duda, tratará de hundir a tu genio interior: “¿Estás loco? ¿A quién le va a importar tu trabajo?”.
Estás escribiendo un borrador, diseñando un prototipo, haciendo pruebas… Todavía no sabes cómo va a ser tu criatura, así que tienes que soltar todo lo que llevas dentro sobre el papel — o el medio que utilices para esta primera fase. Sigue tu instinto y no pienses demasiado. Ahora no quieres que tus posibilidades y oportunidades disminuyan por culpa de tus dudas y prejuicios. Quieres ver hasta dónde te lleva tu idea.
Una vez que empiezas, el mismo trabajo que vas realizando genera la energía necesaria para vencer esa resistencia y animarte a continuar. Es la ley de la inercia. Ahora es cuestión de aprovechar ese momentum. Sigue trabajando, todos los días, de manera constante.
Cuando el proyecto ya está lanzado hay que empezar a equilibrar las fases de actuar y reflexionar. Ahora hay que pensar más y hacer menos. De vez en cuando — al menos una vez por semana — tienes que parar y levantar la cabeza, para comprobar que todo lo que estás haciendo te está llevando a donde querías llegar.
Un sistema de gestión personal como GTD (Getting Things Done) te ayudará a mantener ese equilibrio. GTD no se centra únicamente en la definición de tareas y proyectos a realizar. Elementos como los objetivos y áreas de enfoque te permiten enlazar el trabajo del día a día con horizontes más elevados. Y herramientas como la Revisión Semanal, el Barrido de Mente y la Planificación Natural de Proyectos te aportan toda la reflexión que necesitas.
Sobre la marcha surgirán dudas, problemas y opciones a las que tendrás que enfrentarte para poder continuar con garantías de éxito. Reflexiona. Y actúa. Actúa y reflexiona.
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