Getting Things Done - GTD
Caer del vagón de GTD... y volver a subir
AUTOR: Francisco Sáez“Si caes siete veces, levántate ocho.” ~ Proverbio japonés
Te sientes agobiado por la gran cantidad de compromisos a los que tienes que hacer frente en tu vida. Simplemente, no das abasto. Has tratado de aplicar todos los trucos que has encontrado en la web para organizarte mejor y has probado todas las herramientas que prometían mejorar tu productividad, pero no has logrado una mejora significativa.
En esa búsqueda de una mejor calidad de vida has llegado a conocer GTD, un método de organización personal que se presenta como el arte de la productividad sin estrés. Vaya, parece justo lo que necesitas, ¿no? Lees artículos y comentarios en la red, y no terminas de verlo claro: algunas personas dicen que no han logrado implementarlo con éxito porque es demasiado complicado, aunque las que lo han conseguido hablan maravillas.
Buscas información para saber en qué consiste GTD exactamente y te das cuenta de que no va a ser tan sencillo como tomarse una píldora. ¡Hasta hay un libro que parece que deberías leer! Aún así, algo dentro de ti te dice que si todos los trucos rápidos y fáciles que has probado hasta ahora no han funcionado, por algo será.
Como sabes que todo proceso de mejora requiere su tiempo, decides que invertir el tuyo en aprender GTD puede ser provechoso al fin y al cabo. Así que te lees el libro, te suscribes a algunos blogs y eliges una o varias aplicaciones para implementar tu sistema. Necesitas poner tu vida en orden de una vez por todas.
Empiezas a implementar GTD en tu vida personal y en tu trabajo, y te sientes genial. Al empezar a sacar la cosas de tu cabeza te sientes más ligero. Al aclarar qué significa cada una de esas cosas la ansiedad que te abrumaba empieza a desaparecer. Al poner cada cosa en su sitio sientes que recuperas la confianza en ti mismo que habías perdido al evitar tomar ciertas decisiones. Por fin empiezas a estar enfocado. ¡Aleluya!
Pero pasan unas semanas y ¡boom! toda esa maravillosa sensación se desvanece. Sin saber por qué, poco a poco has ido dejando de capturar las cosas que llaman tu atención. Has dejado de tomar decisiones en tu día a día, y tu sistema organizativo vuelve a ser algo abstracto y, por lo tanto, estresante. ¿Has fracasado? ¿Es GTD demasiado complicado para ti también?
No, GTD no es complicado, ni para ti ni para nadie. Lo que te ha pasado se conoce como caerse del vagón, y es tan natural como que un niño se caiga de la bici cuando está aprendiendo a montar.
José Miguel Bolívar lo expresa perfectamente en su libro Productividad Personal: Aprende a liberarte del estrés con GTD:
“GTD es muy fácil. Consiste en una serie de hábitos sencillos que, de forma combinada, producen resultados espectaculares… Lo que ya no es tan fácil es implantar GTD. Esto ocurre porque las personas somos “animales de costumbres”, como vulgarmente se dice… Su aprendizaje entra en conflicto con otros aprendizajes previos que ya hemos tenido sobre el mismo tema.”
Desarrollar nuevos hábitos genera en tu mente una cierta resistencia durante un tiempo. Por eso es normal caerse del vagón, no una sino varias veces. Y seguirá ocurriendo porque tienes que “desaprender” ciertas creencias que son contrarias a los hábitos necesarios para disfrutar de una buena productividad sin estrés.
Cuando te caes del vagón es fácil rendirse, echar la culpa al método y seguir buscando la píldora mágica que va a eliminar el caos de tu vida sin esfuerzo. Déjame aclararte una cosa: esa píldora no existe, así que vas a tener que poner algo de tu parte. Pero, igual que aprendiste a montar en bici volviendote a subir a ella cada vez que te caías, no hay ningún motivo por el que no puedas implementar GTD con éxito y alcanzar un nivel excelente de productividad personal. Caerse del vagón y volver a subirse es parte del proceso de aprendizaje.
Por supuesto, para volver a la senda de la productividad, primero tienes que darte cuenta de que la has abandonado. Después, simplemente recuerda lo bien que te sentiste cuando lo conseguiste por primera vez. Volverá a pasar, y esta vez será mejor.
Si tuviera que darte un solo consejo para evitar que caigas del vagón, o para volver a subirte a él si ya te has caído, sería: “Haz la puñetera Revisión Semanal”. Reserva una hora en tu agenda cada semana, o media, para revisar y mantener al día tus listas. Por supuesto, sigue los pasos necesarios para que la Revisión Semanal sea útil. Y agárrate con fuerza a ese hábito, porque ése es el hábito clave que te ayudará a desarrollar el resto de hábitos.
4 comentarios
Estoy completamente de acuerdo con el post. Me he sentido muy identificado con mis inicios con GTD , y mira ahora: ya no me caigo del vagón... me tendría que tirar en marcha, jeje
Caerse del vagón forma parte del rpoceso de aprendizaje. Si no te caes a menudo del vagón, al menos al principio, probablemente sea una señal de que no se está haciendo algo bien con respecto al método.
Un abrazo!
Estoy completamente de acuerdo con el post. Me he sentido muy identificado con mis inicios con GTD , y mira ahora: ya no me caigo del vagón... me tendría que tirar en marcha, jeje
Caerse del vagón forma parte del rpoceso de aprendizaje. Si no te caes a menudo del vagón, al menos al principio, probablemente sea una señal de que no se está haciendo algo bien con respecto al método.
Un abrazo!
Hola David,
El proceso que cuento en el artículo me ha ocurrido en primera persona, y creo que casi todos pasamos por ahí al principio. Mi intención es animar a la gente a continuar inténtandolo. Los que hemos superado esos tropezones sabemos que vale la pena ;)
Muchas gracias por tu aportación!
Hola David,
El proceso que cuento en el artículo me ha ocurrido en primera persona, y creo que casi todos pasamos por ahí al principio. Mi intención es animar a la gente a continuar inténtandolo. Los que hemos superado esos tropezones sabemos que vale la pena ;)
Muchas gracias por tu aportación!
Lo terrible es que todo esto es:
" para volver a la senda de la productividad".
Y eso me da a entender que algo falla.
Lo terrible es que todo esto es:
" para volver a la senda de la productividad".
Y eso me da a entender que algo falla.
Fallamos nosotros, Domingo. Aunque cueste reconocerlo ;)
Fallamos nosotros, Domingo. Aunque cueste reconocerlo ;)