Productividad Personal
Pequeños cambios: Construyendo hábitos poco a poco
AUTOR: David TornéLos hábitos son un punto de apoyo para mover tu mundo hacia algo mejor. Pero el cambio siempre provoca resistencia, ¿verdad? Si en lugar de un cambio lo planteamos como una sutil pincelada a tu forma de trabajar, su entrada resulta menos traumática. Haz lo que haces habitualmente, pero de una forma un poco diferente. Son tres ejemplos que puedes aplicar de forma independiente, si los mantienes los 21 días de rigor verás como algo va “diferente”.
Decide que vas a hacer mañana
Una revisión diaria, 10 minutos al final de tu jornada o mientras desayunas. No solamente marcar las tareas que vas a hacer, sino visualizar el cómo, qué acciones concretas vas a realizar para darle solución. Así te evitarás esas dudas mañaneras y prevendrás esa desgana que te empuja a escoger algo de menor calado como tarea de inicio.
Ponte a trabajar nada más llegar
Si tienes claro lo que hay que hacer, ¡hazlo! Deja a un lado el inicio suave de la jornada, con esos 5 minutos de charla, el café o la lectura del periódico digital. Ponte manos a la obra para que puedas aprovechar esa energía de primera hora. Luego, si el día se tuerce, te quedará algo a lo que agarrarte para marcharte a casa con la sensación de haber avanzado.
Aprovecha tus pausas y descansos
Hacer cuando hay que hacer, y no hacer cuando no hay que hacer. Esta segunda parte parece fácil, pero la verdad es que no sabemos cuándo parar ni cuándo dejar de pensar en nuestros asuntos. ¿Intercalas pausas entre tus tareas importantes o entre tus bloques de trabajo? Paras para hacer un café una o dos veces, pero si lo haces mucho, acabarás explotando.
Cuando llegue ese momento, deja tu entorno durante unos minutos, aparta la vista de tu escritorio, móntatelo para hablar un par de minutos con un compañero… Cierra la tarea anterior y despéjate para la próxima.
Aprovecha tu hora de comer para hacer lo propio. Dedica unos minutos a caminar y despejarte. Aprende a gestionar estos momentos, a romper con la rutina del trabajo. Destensiona.
Creo que estos ejemplos pueden dar un retorno relativamente inmediato a quien decida aplicarlos. Un ejemplo de cómo la productividad también es cuestión de aprovechar esas oportunidades que tenemos al alcance de la mano. Si te fijas todo son cosas que podrías estar haciendo, pero que dejas de lado. ¿Puedes identificar alguna otra oportunidad para aumentar tu productividad?
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