Productividad Personal
Práctica deliberada: cómo llegar a ser un experto
AUTOR: Francisco Sáez"La práctica no hace la perfección. Sólo la práctica perfecta hace la perfección." ~ Vince Lombardi
El psicólogo sueco K. Anders Ericsson dedicó mucho tiempo a investigar cómo expertos en diferentes campos (tales como la medicina, la música, el atletismo o el ajedrez) adquieren un nivel de ejecución superior al resto, y qué importancia tiene la práctica deliberada en ese proceso.
La conclusión de estas investigaciones es que, salvo en contadas excepciones, las diferencias cualitativas de ejecución entre un experto en algo y una persona no experta, no están genéticamente determinadas. Por supuesto, el talento ayuda. Pero ser un experto en algo es, generalmente, la consecuencia de realizar un esfuerzo deliberado durante un periodo de tiempo más o menos largo, con el objetivo de mejorar determinadas habilidades en ese dominio.
Hay algunas cosas que los expertos hacen de manera diferente: identifican las habilidades y técnicas que necesitan y se concentran en mejorarlas día a día, realizando actividades prácticas y evaluando su progreso. También van incrementando el nivel de dificultad de esas actividades a medida que avanzan, buscando siempre su límite.
La práctica deliberada es un enfoque para mejorar en una habilidad o actividad mediante la repetición consciente y el análisis de la forma en que se realiza. Esta técnica se basa en la idea de que, para mejorar en cualquier habilidad, es necesario descomponerla en partes más pequeñas y trabajar en cada una de ellas de forma individual. La práctica deliberada implica prestar mucha atención a cada detalle y analizar constantemente el rendimiento para identificar áreas que necesiten mejora. Esto se hace a través de la retroalimentación y el ajuste constantes.
La clave de todo esto está en la palabra “deliberada”. No se trata tan sólo de practicar, no es sólo cuestión de echarle horas. Se trata de practicar concienzudamente, descomponer nuestro objetivo en partes, analizar cuáles hacemos bien y cuáles hacemos mal, poner énfasis en cambiar lo que hacemos mal y buscar pequeños detalles que nos permitan mejorar incluso lo que ya hacemos bien.
Para convertirte en un experto en un campo determinado necesitarás estudiar y practicar extensamente en el ámbito de ese campo. Por lo general, esto implica obtener una comprensión profunda de las teorías, principios y conceptos relevantes, así como adquirir las habilidades y destrezas necesarias a través de la práctica. También implica estar al día con los últimos desarrollos en ese campo y buscar activamente nuevas oportunidades para aprender y mejorar.
También tienes que ser capaz de concentrarte y ser persistente, ya que el proceso de adquirir experiencia puede llevar muchos años de arduo trabajo y dedicación. Aunque el estudio habla de una frontera de unos 10 años o 10.000 horas de práctica, a partir de la cual es difícil mejorar, cualquier tiempo que utilices practicando a conciencia algo concreto te hará ser mejor en ello.
Para abordar la mejora de habilidades de esta manera, es importante obtener retroalimentación constante y precisa sobre cómo se está realizando la habilidad en cuestión. Esto puede provenir de un entrenador o mentor, o bien de uno mismo a través del análisis y la autoevaluación.
También es importante establecer objetivos claros y medibles, y establecer un plan de acción para alcanzar esos objetivos. Esto puede incluir la identificación de áreas específicas que necesiten mejora, y la implementación de estrategias para abordar esas áreas de manera efectiva.
En resumen, si quieres mejorar notablemente alguna habilidad debes hacer lo siguiente:
- Dividir esa habilidad en partes, secciones o aspectos más pequeños y manejables.
- Buscar la forma de medir tu progreso en cada una de estas partes. Debes ser capaz de recibir un feeback inmediato de tus prácticas.
- Analizar constantemente tu desempeño y buscar nuevas formas de mejorar.
¿Cómo puedes aplicar el método GTD (Getting Things Done) para hacer práctica deliberada? Sigue estos pasos:
- Identifica las diferentes habilidades o actividades que quieres mejorar. Es importante tener una comprensión clara y específica de lo que quieres lograr.
- Define objetivos específicos para cada una de esas cosas que quieres mejorar.
- Desarrolla planes para alcanzar esos objetivos. Estos planes deben incluir el establecimiento de metas más pequeñas para ayudarte a progresar en cada uno de los aspectos que necesitas practicar. Estas metas más pequeñas serán proyectos dentro de tu sistema de gestión personal.
- Determina las próximas acciones para cada proyecto y planifica rutinas que garanticen que dedicarás una cantidad de tiempo y esfuerzo aceptable a cada uno de esos proyectos.
- Durante tu Revisión Semanal analiza el progreso de la semana anterior, trata de detectar puntos de mejora y planifica la siguiente semana en consecuencia.
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