Productividad Personal
Ganar control a través de la captura (Parte II)
AUTOR: Francisco Sáez
Ganar control a través de la captura:
1. Ganar control a través de la captura – Parte I
2. Journaling, otra forma de capturar
3. Ganar control a través de la captura – Parte II
4. El hábito de capturar
5. Herramientas de captura y buenas prácticas
En artículos recientes hemos hablado de la importancia que tiene capturar fuera de la cabeza todo aquello que llama nuestra atención, con el fin de lograr un control real sobre los compromisos que vamos adquiriendo en la vida, tanto los que generamos nosotros como los que vienen de fuentes externas.
Como herramientas prácticas para capturar de manera masiva todo aquello que pueda tener relevancia en nuestra vida personal y profesional, hemos descrito el barrido de mente y los horizontes de enfoque, que permiten un planteamiento con perspectiva a largo plazo.
También hemos hablado del journaling como otro método adicional de captura, más personal y orientado a adquirir una mayor conciencia de uno mismo. Se trata de una herramienta que puede resultar de gran ayuda en esa toma de control general.
En este artículo vamos a explorar otras opciones de captura que conviene tener en cuenta en determinadas situaciones.
Lluvia de ideas
Hacer una lluvia de ideas es la manera más adecuada de recuperar el control cuando una situación está bloqueada y sientes que no avanzas.
Si quieres desbloquear una situación o un proyecto complejo debes forzarte a reflexionar sobre la cuestión y registrar todos esos pensamientos aleatorios fuera de tu cabeza. Anotar las ideas en una simple libreta servirá más que de sobra.
La lluvia de ideas es una especie de barrido mental sobre un tema concreto, donde anotas todo lo que llama tu atención cuando estás pensando sobre ese tema.
En realidad estamos muy acostumbrados a hacer lluvias de ideas. Las hacemos a toda hora, siempre en nuestra cabeza, para enfrentarnos a la mayoría de las situaciones del día a día.
Pero cuando capturamos esos pensamientos en un lugar que no es la propia cabeza, este proceso mejora considerablemente. La mente se enfoca en producir más ideas y se desentiende del esfuerzo de “mantenerlas” y no perderlas. El sólo hecho de escribir las cosas hace que el proceso sea más creativo y, a la vez, más liviano y más relajado.
Hacer limpieza
Hacer limpieza es otra forma de encontrar rápidamente cosas que no están donde deberían. Nunca se sabe cuántos asuntos pendientes se pueden esconder bajo un escritorio desordenado, una bandeja llena de papeles o un cajón en el que guardamos cosas sin orden ni concierto.
Cuando tengas la sensación de que estás perdiendo control sobre lo “físico”, las cosas materiales que componen una cierta área de tu vida, haz limpieza. Bien sea tu mesa de trabajo, el armario de la ropa o tu coche, hacer una limpieza a fondo sacará a la superficie muchas cosas que han ido cayendo en el olvido y que necesitan algún tipo de acción.
Aunque solemos ser vagamente conscientes de que deberíamos hacer limpieza en alguna zona de nuestra casa, despacho, garaje, etc., este tipo de intención no queda bien fijada en la consciencia, así que debemos hacer un esfuerzo para llevarlo a cabo.
Hacer limpieza significa tirar a la basura lo que ya no hace falta (muchas cosas que eran funcionales hace un tiempo, ahora ya no lo son), poner en su sitio aquello que no está donde debería, capturar las cosas que llaman tu atención, y dejar la zona ordenada en un modo que a ti te resulte natural (aunque para otra persona pueda no serlo tanto).
Cuando una zona física está desordenada, es ella la que te controla a ti y tratarás de evitarla siempre que sea posible. Las cosas se van acumulando por sí solas, pero no se eliminan solas. De repente, un cajón tiene un montón de cables para dispositivos que ya no existen, recambios para lápices que ya no usas, y libros de instrucciones de electrodomésticos que ya no tienes. Y se convierte en un cajón que nunca quieres abrir.
La sensación que vas a tener después de limpiar una zona que requería tu atención y de capturar todas las cosas pendientes que allí se escondían, va a ser, sin duda, de renovado control y energía.
Capturas en grupo
Hay veces en las que se obtiene un gran beneficio si el barrido de mente, la lluvia de ideas, o la limpieza, se hace de manera colaborativa con las personas que están de alguna manera involucradas en el contexto de la situación: tu pareja, tu familia, tu equipo de trabajo, tu socio, etc. La sensación de control y equilibrio puede ser mucho mayor cuando se incluyen los puntos de vista de otras personas.
En entornos profesionales es habitual realizar este tipo de procesos con el resto del equipo en las reuniones de gestión de proyectos, o con los socios y asesores en las reuniones de la junta, etc. Es una buena idea que en las reuniones cada uno de los participantes comience exponiendo qué es lo que está llamando su atención es ese momento. Si algún miembro del equipo no está en sintonía con lo que se está tratando, saberlo ayudará a mejorar la cohesión y cooperación del grupo.
En entornos personales, estos procesos mejoran mucho sus resultados cuando se hacen en grupo (familiares y amigos) y todos se sienten involucrados y consultados sobre qué hay que eliminar, qué hay que cambiar y qué hay que hacer de nuevo.
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