Por qué no todos quieren ser productivos

Algo que tienen en común todas las personas que se interesan en los diferentes métodos existentes de productividad y organización personal, es un profundo deseo de alcanzar un estado en el futuro que sea mucho mejor que el actual. Son personas que tienen un control sobre lo que les pasa y, por eso, buscan formas de hacerlo mejor, más rápido o más fácil. Y son personas dispuestas a admitir que, probablemente, tengan que cambiar ciertos hábitos. Esto nos lleva a una paradoja: las personas que quieren ser más productivas son, en realidad, las que menos lo necesitan.

A diferencia de las acciones instintivas o inconscientes, la actividad intencional depende de la participación directa y conscientemente planeada de la persona. El desarrollo del conocimiento necesita de este tipo de actividad. Si esperas a saber algo para hacer algo, probablemente nunca ocurra nada. Son las personas proactivas, las que tienen un fuerte componente de actividad intencional, las que son más proclives a investigar, probar y afinar procesos que les lleven a gestionarse mejor.

Si no tienes esa motivación especial que te lleve a buscar un futuro mejor, seguramente no vas a molestarte en invertir tiempo ni energía en probar nuevas formas de hacer mejor las cosas. Si no te importa lo bueno que puedas llegar a ser en tu trabajo o en tus relaciones, si no tienes ningún estrés que aliviar… en fin, este tipo de cosas no van contigo.

Si eres de esos, a lo mejor esto te motiva. Según los psicólogos, la felicidad viene definida por tres variables, y sobre dos de ellas nada o muy poco podemos hacer (los genes y circunstancias externas tales como la edad, la salud, dónde vivimos, con quién, etc.). La tercera está formada por las pequeñas cosas del día a día que TÚ decides hacer, es decir, tu actividad intencional. ¿Qué es lo que te gustaría hacer? Busca un objetivo, por inverosímil que te parezca, y empieza a hacer cosas para llegar a él. Que no te preocupe el destino, disfruta del viaje.

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