Productividad Personal
Ecuación de productividad: organización + enfoque
AUTOR: Francisco Sáez“El control sin perspectiva es microgestión, y la perspectiva sin control es una locura” ~ David Allen.
En el mundo acelerado en el que vivimos, la productividad se ha convertido en la piedra angular del éxito. Ya sea en nuestros esfuerzos profesionales o personales, la capacidad de hacer las cosas de manera eficiente es inestimable.
En esa búsqueda de la productividad, cualquier persona pasa por momentos en los que siente que ha perdido un poco el control y que no está siguiendo una dirección clara. Esto puede ocurrir en cualquier tipo de actividad, tanto en la carrera profesional como en situaciones de índole personal.
La forma de recuperar el control en cualquiera de esas situaciones y volver a la calma tiene que ver con cómo adquieres consciencia de tu realidad y pones el foco en ciertas cosas en determinados momentos.
Hacer esto no es complicado, es el resultado de aplicar una serie de comportamientos totalmente naturales y funcionales en la gestión de uno mismo.
Básicamente, hay dos cosas que necesitas hacer para tener tu mundo bajo control y enfrentarte de una manera efectiva a todos tus compromisos: organizarte y concentrarte. Ambas cosas son necesarias para realizar con efectividad cualquier tipo de empeño, desde celebrar el cumpleaños de tu hijo hasta poner en marcha una nueva empresa.
Organizarte y concentrarte son dos caras de la misma moneda y necesitas alcanzar un equilibrio entre ambas para lograr unos resultados óptimos en términos de productividad personal.
La organización sienta las bases para la productividad al crear la estructura adecuada para albergar tus tareas, proyectos, objetivos, etc. Sin ella, tu actividad se volverá caótica y abrumadora.
El enfoque es la clave para una ejecución eficiente. El enfoque te permite reducir las distracciones, omnipresentes en la actual era digital, y optimizar tus esfuerzos hacia un trabajo realmente significativo.
Hay una relación simbiótica entre ambos conceptos; además de complementarse, se refuerzan mutuamente. Un sistema de trabajo bien organizado reduce el desorden y minimiza las distracciones, lo que facilita una mejor concentración. Por otra parte, disponer de una atención plena te permite ejecutar estrategias organizacionales de manera más efectiva.
El orden en que consigas este doble logro, organización y enfoque, no importa demasiado. Puedes organizar todas tus cosas primero y luego decidir qué es más importante, o puedes definir primero tus prioridades y luego organizar tus cosas con respecto a ellas.
David Allen, autor del libro Organízate con eficacia, equipara el concepto de “estar organizado” con el control y el concepto de “estar enfocado” con la perspectiva. Lograr un equilibrio entre ambos enfoques no es fácil porque, para lograrlo, hay que aplicar diferentes modelos de trabajo.
El método GTD introduce cinco etapas de actividad para lograr tener las cosas bajo control y seis horizontes que se deben evaluar regularmente para establecer prioridades de una manera efectiva. Puede que esto parezca complicado a priori, pero si se elimina alguno de los pasos será difícil alcanzar la verdadera productividad.
Es totalmente necesario que captures, aclares y organices todo lo que llama tu atención, y que revises tu inventario de compromisos frecuentemente. Y es totalmente necesario que tus acciones apoyen proyectos que están dentro de tus áreas de responsabilidad y te llevan a los objetivos que has definido como importantes en tu visión de la vida.
Productividad = Organización + Enfoque
No hay comentarios