Productividad Personal
Da el primer paso
AUTOR: Francisco Sáez“Empieza por donde estás. Usa lo que tienes. Haz lo que puedas.” ~ Arthur Ashe
Las acciones son el motor que impulsa tu productividad. Sin acciones no sucederá nada o, lo que es peor aún, sucederán cosas sobre las que no tienes ningún control y que te llevarán a cualquier sitio. Probablemente a un sitio que no te guste.
Hay ocasiones en que no tienes una idea clara del resultado que quieres o debes conseguir, y eso hace que procrastines el problema constantemente. Otra veces tienes claro qué debes conseguir, pero hay tantas cosas por hacer que no sabes por dónde empezar. En estas situaciones en las que te encuentras atascado la mejor solución es, sencillamente, dar el primer paso.
Tienes que hacer algo, lo que sea, empezar. Dar el primer paso es el resultado de pensar que algo es posible. El primer paso es el más duro, pero cuando lo haces se rompe una resistencia muy importante, y empiezas a ver de otra manera cosas que antes parecían inaccesibles.
Según Robert Maurer, director de Ciencias del Comportamiento en el Centro Médico UCLA de Santa Mónica (EE.UU), la dificultad de dar el primer paso tiene que ver con el miedo. Cuando te enfrentas a un desafío nuevo, significa que tienes que dejar atrás tu rutina segura. La amígdala de tu cerebro, a la que le gusta la tranquilidad, la claridad y la previsibilidad (ya que son buenas para la supervivencia) activa una alarma, y aparece un bloqueo.
“Todo cuerpo persevera en su estado de reposo o movimiento uniforme y rectilíneo a no ser que sea obligado a cambiar su estado por fuerzas impresas sobre él” ~ Primera Ley de Newton.
¿Cómo puedes vencer ese bloqueo y dar ese primer paso? ¿Cómo puedes enfrentarte a algo que no sabes muy bien cómo manejar?
- Empieza por definir el resultado deseado. Si el objetivo es demasiado grande o complicado, define primero un objetivo menor que sea fácil de alcanzar. Así evitas que tu cerebro active la alarma. Escríbelo. Un objetivo accesible y claramente definido tiene muchas más posibilidades de ser alcanzado.
- Ya tienes definido el problema—entendiendo como problema una discrepancia entre el estado real de las cosas y el deseado—. Ahora, ¿cuál es la primera acción que puedes llevar a cabo para lograr el objetivo? ¿Cuál podría ser el primer paso a realizar? Te vendrán a la mente varias cosas, pero una sola es el siguiente paso en el que te tienes que concentrar. Ésa es tu siguiente acción. Anota el resto de cosas en una lista que pondrás en espera, para que no te distraigan.
- Ya has empezado, estás en movimiento. Ahora es el momento de aprovechar la inercia. Una vez completada la acción, recupera esa lista de tareas y asuntos por resolver que tenías aparcada, y elige tu siguiente acción (o define una nueva “siguiente acción” si ninguna de las que ves es la adecuada).
Ya has desbloqueado la inacción. Ve realizando, una por una, las tareas que te llevarán a alcanzar el resultado deseado. El final del proyecto está cerca.
Si eres practicante de GTD, este comportamiento lo tienes tan asimilando que no te das ni cuenta. La propia dinámica de la metodología te empuja a deducir constantemente ¿qué es lo siguiente? Lo haces todos los días, a todas horas. No hay bloqueos. No procrastinas. Todo fluye.
No hay comentarios