Getting Things Done - GTD
Ganando perspectiva a mayor altura: Visión
AUTOR: Francisco Sáez"La claridad de visión es la clave para lograr tus objetivos". ~ Tom Steyer.
Ganando perspectiva:
1. Ganando perspectiva
2. Ganando perspectiva a través de las acciones
3. Ganando perspectiva al nivel de los proyectos
4. Ganando perspectiva desde las áreas de enfoque
5. Ganando perspectiva a través de objetivos
6. Ganando perspectiva a mayor altura: Visión
7. Ganando perspectiva a la mayor altura: Propósito y principios
De abajo arriba, la visión es el penúltimo nivel en la escalera de la perspectiva. Superado el nivel de los objetivos, nos encontramos en un horizonte más elevado donde la pregunta fundamental es: ¿Cómo te imaginas el éxito a largo plazo?
Hay que entender esta pregunta como una visión completa de una futura situación de éxito personal. ¿Cómo sería? ¿Qué aspecto tendría? ¿Cómo te sentirías?
Nos podemos referir a la visión como aquellos objetivos que tienen un alcance mayor de dos años, pero para definirla más correctamente deberías hacerte una pregunta como esta:
Si tuvieras mucho éxito en los próximos años, ¿cómo te imaginas que serías y qué estarías haciendo?
La visión nos ayuda a enfocarnos en asuntos que tendrán un impacto en un marco temporal de varios años. Para una persona (los niveles de perspectiva se pueden aplicar tanto a personas como a organizaciones y empresas), esto podría incluir tanto una forma de vida deseada como una serie de objetivos profesionales.
El plazo de la visión es algo relativo y particular para cada individuo. Puede ser relativamente más corto para personas jóvenes o personas que viven en entornos muy dinámicos, donde los ciclos de cambio son más frecuentes. En tu caso, dependerá de la cantidad de tiempo futuro que seas capaz de visualizar en tu imaginación.
Cómo encontrar y definir la visión
En el mundo empresarial se suelen realizar reuniones fuera de la oficina y mecanismos informales más propicios para intercambiar ideas y mantener diálogos relajados que puedan llevar a una declaración concreta de la visión. Muchas veces se incluyen consultores o coaches para empujar a los participantes a llevar sus ideas a terrenos más creativos.
Un individuo puede hacerse preguntas más directas, como las que he mencionado anteriormente, u otras del tipo ¿cómo te ves a ti mismo dentro de cinco años? Hay veces en que eso es suficiente para empezar a pensar creativamente y aclarar qué metas debe uno plantearse alcanzar.
Aunque las preguntas sean sencillas, responderlas no suele serlo. Muchas veces rechazamos este tipo de diálogo interior por la amenaza que representa: enfrenta la idea que tenemos del éxito con nuestra situación actual.
En cualquier caso, este tipo de sesiones resulta siempre beneficioso porque nos empuja a ir un poco más allá de nuestra zona de confort. Nos permiten imaginar logros mayores en los que, de otra manera, no pensaríamos.
Las visiones y objetivos a largo plazo tienen la cualidad de producir cambios en el presente. Imaginar el futuro afecta de alguna manera a la forma en que encaramos el presente. Imaginar escenarios de éxito como si realmente se hubieran conseguido hace que el cerebro empiece a establecer direcciones y tomar decisiones que allanen el camino.
Escribir un guión detallado sobre cómo sería el futuro ideal puede ser una manera positiva y efectiva de definir la visión. El texto debería incluir todos los aspectos de la vida que consideras importantes, como la calidad de tus relaciones, el lugar donde vivirás, tu salud, tus finanzas, tu vida profesional, etc. Si eres una persona visual, acompañar el texto con dibujos o imágenes puede resultar muy motivador.
Cuándo pensar en la visión
Como en el resto de los horizontes de enfoque, se debe revisitar el nivel de visión con una cierta regularidad para comprobar que la visión definida sigue vigente y activa, y que, a más bajo nivel, seguimos estableciendo objetivos, proyectos y acciones que nos ayuden a alcanzar ese estado deseado.
Dado el carácter de largo plazo que define la visión, seguramente no será necesario hacer revisiones con una frecuencia menor que la anual. Si la visión está definida a muy largo plazo, incluso podría ser válido hacer una revisión cada dos o tres años.
También como en el resto de los horizontes de enfoque, pueden aparecer problemas, retos u oportunidades, que requieran una revisión de lo que pensábamos era el futuro deseado. Tanto en las empresas como en las vidas personales pueden producirse situaciones que impongan una actualización de la visión futura: un divorcio, una enfermedad inesperada, una oportunidad profesional en otra parte del mundo, etc.
Desgraciadamente, también hay constantes cambios a nivel mundial, de tipo económico, climático, militar, político, etc. que pueden provocar cambios en el proyecto de vida de millones de personas. Cualquiera de estos cambios puede hacer que debas redefinir cómo ves tu futuro.
Definir una visión futura puede generar un gran impulso productivo si con el tiempo vas acompañando esa visión con objetivos a corto plazo a partir de los cuales puedas definir proyectos que estén compuestos por acciones reales.
No hay comentarios