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La productividad personal no es una cuestión de echar horas. A veces, un día en el que trabajas sólo 3 ó 4 horas puede resultar mucho más productivo que otro en el que has estado 8 horas intentando trabajar. ¿Te suena esa situación?

¿Visitas la máquina de café por sexta vez hoy? A veces, simplemente necesitas terminar las cosas antes de la fecha de entrega o tienes una evaluación dentro de nada y le quieres demostrar a tu jefe que te mereces ese aumento.

¿Alguna vez has tratado de definir el concepto productividad? Si lo tomamos como un término económico, una organización o un país es productivo cuando usa todos sus recursos, capital, materiales, tierra, trabajo, información, y energía en la producción de bienes y servicios. Si hablamos de productividad personal, esa definición todavía se acerca bastante. Para hacerlo lo más simple posible, significa usar todos los recursos (mayoritariamente tiempo) para producir los mejores resultados en nuestro trabajo.

Si le preguntas a una sala llena de gente cual es su mayor miedo, la respuesta más común será probablemente el miedo al fracaso o al rechazo. La sociedad inculca constantemente la idea de que los logros son algo deseable, y los errores son pequeñas piedras en el camino que nos impiden alcanzar nuestros objetivos.

Trabajar en remoto se ha convertido en una manera estupenda de ahorrar tiempo y maximizar la productividad. Da igual dónde estés físicamente, puedes seguir teniendo el trabajo que mejor se adapte a ti. Obviamente, no todos los trabajos pueden realizarse a distancia — pero según va avanzando la tecnología, el trabajo virtual se está convirtiendo en algo cada vez más popular entre los empleados. Ya no se pierde más tiempo yendo a la oficina, no más distracciones, solo opciones respetuosas con el medio ambiente y un aumento en la productividad.