Categoría: “Getting Things Done - GTD”

Rutinas, tareas repetitivas, periódicas, recurrentes, programables… Diferentes nombres, pero el mismo concepto. Acciones o eventos que se repiten en el tiempo. Hay un cierto sesgo negativo en ellas, quizás porque suelen ser tareas aburridas que no requieren demasiada creatividad. Resultan poco atractivas y, cuando tenemos que procrastinar, son las víctimas perfectas.

GTD es un sistema de productividad personal que permite, no sólo hacer las cosas de una manera eficiente, sino también eliminar el estrés que provoca el exceso de compromisos que todos adquirimos con demasiada frecuencia. David Allen, creador de GTD, sabe que este exceso de compromisos, aunque agobiante, no es el culpable real de nuestra angustia.

El enfoque horizontal es la clave para tener un control relajado sobre tu actividad diaria. Consiste en definir con claridad los resultados que quieres—tus proyectos—y las próximas acciones necesarias para llegar a ellos, así como crear recordatorios en un sistema de confianza que revises con regularidad.

Una de mis frases favoritas de David Allen es que los proyectos no se pueden hacer, sólo puedes hacer acciones siguientes. Al final, un proyecto se muestra como hecho después de realizar un montón de acciones pequeñas, físicas y visibles, que hacen que el mundo encaje con lo que tenías en mente.

Para enfrentarnos a cualquier trabajo, normalmente atravesamos un flujo de trabajo de cinco etapas: (1) capturamos cosas que nos llaman la atención, (2) aclaramos qué significan y (3) organizamos los resultados, sobre los cuáles (4) reflexionamos frecuentemente para elegir en qué vamos a (5) actuar a continuación.