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En fondo, todos deseamos una mejor vida, días más productivos y sentirnos plenamente satisfechos. Después de todo, somos conscientes de que el tiempo que tenemos y las experiencias que podemos vivir son limitadas. Al final, todos vamos a acabar muriendo. Lo que nos diferencia de otros es cómo decidimos usar nuestro tiempo, energía y concentración.

Mejorar tu productividad es uno de los mayores retos a los que te tendrás que enfrentar a lo largo de tu vida. Para los que ya son medianamente productivos, hacer más podría parecer una exageración, y si eres de los que no consiguen hacer demasiadas cosas, empezar a moverte en la dirección adecuada puede parecer algo imposible. Y no consiste simplemente en pasar más horas trabajando. Un estudio de Harvard descubrió que las compañías americanas pierden hasta 63,2 billones por culpa de la baja productividad que causa la falta de sueño.

Para muchos empleados, el email puede ser una herramienta útil o un auténtico desastre. Aunque el email ha facilitado la comunicación, una bandeja de entrada complicada puede ser un obstáculo para la productividad y frustrar al usuario. Esto es especialmente preocupante cuando consideras lo esencial que es el email para determinados trabajos.

La atención es el recurso más preciado que podemos controlar para conseguir hacer las cosas. La habilidad para concentrarte de manera intensa y durante un largo período de tiempo en una actividad es indudablemente esencial para cualquier persona que desea atraer abundancia y resultados.

La calidad de tu entorno de trabajo puede tener mucho que ver con el rendimiento de tus empleados. Un mal entorno de trabajo puede causar distracciones, frustración e incluso angustia mental a largo plazo en tus empleados — todo ello teniendo un impacto negativo en el resultado de tu empresa. Un buen entorno, por otro lado, puede inspirar ideas creativas, motivar la concentración en el trabajo y hacer de tu oficina un sitio en el que tus empleados quieran pasar el tiempo.