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El correo electrónico es uno de los medios de comunicación más utilizados hoy en día. Y el que más te recomiendo usar, si no quieres desperdiciar una buena parte de tu tiempo. Todo el mundo tiene un email y este tipo de conversaciones son asíncronas, lo que significa que, a diferencia de llamadas telefónicas, mensajería instantánea y reuniones (tanto cara a cara, como por video-conferencia), los interlocutores no comparten el mismo espacio temporal y, por lo tanto, las respuestas no tienen por qué ser inmediatas.

Seguro que en tus listas de tareas tienes, además de tus habituales rutinas y otros trabajos que ya conoces bien cómo ejecutar, un puñado de tareas que necesitan cierto grado de creatividad para realizarse (algunas, mucha creatividad). Estas tareas pueden ser peligrosas para tu productividad. Si no te sientes muy creativo, tiendes a posponerlas. Por el contrario, son las que más te apetece hacer si estás especialmente lúcido, puede que incluso en detrimento de otras acciones que son más importantes en ese momento.

La frase caerse del vagón ¹ se utiliza cuando queremos decir que, a pesar de nuestras buenas intenciones en adquirir un cierto hábito, no hemos sido capaces y hemos terminado abandonando. La hemos fastidiado.

Desgraciadamente, todos tenemos que perder una parte de nuestro precioso tiempo esperando. En el aeropuerto, en la consulta del médico, en una cita con un cliente, en el banco, en la administración pública… Hay una buena cantidad de tiempos muertos que no elegimos ni planificamos, de modo que cuando llegan, simplemente los pasamos como mejor podemos.

Hoy en día, nuestra productividad se ve constantemente amenazada por la existencia de continuas interrupciones que no podemos—¿o no queremos?—controlar. Una interrupción es cualquier cosa que te impide empezar y finalizar una tarea importante. Es difícil hacer lo importante e ignorar lo trivial cuando el universo está conspirando contra ti.