Getting Things Done - GTD
Cuando las cosas se ponen feas...
Cuando empiezas a utilizar GTD te sueles encontrar con unas sensaciones contradictorias. En primer lugar, una vez consigues capturar, aclarar y organizar todas tus acciones pendientes—lo cual es un trabajo bastante arduo la primera vez, por cierto—, tienes la gratificante sensación de que todo está bajo control. Sabes todo lo que tienes que hacer, sabes cuáles son tus prioridades y, lo más importante, sabes qué cosas estás dejando de hacer cuando decides dedicar un tiempo a tu familia, amigos y aficiones favoritas. Esto te da una enorme tranquilidad, y te permite disfrutar de verdad del tiempo en que no haces nada.